domingo, 27 de enero de 2008

Breve historia del Museo Bolivariano a los 96 años de su inauguración


David R. Chacón Rodríguez.

Con el fin de celebrar con toda solemnidad el Centenario de la Independencia de Venezuela, el Ejecutivo Nacional, emite un Decreto fechado el 19 de marzo de 1910, indicando los Actos conmemorativos que comenzarán el 19 de abril de ese mismo año. En él figura la reconstrucción del Panteón Nacional, la creación de la Academia Militar de la República, un jardín botánico. Igualmente se estipula la construcción de un edificio para la Biblioteca Nacional, un Edificio a prueba de Incendio para la oficina principal del Registro Público y Archivo Nacional y, en el artículo 6 se expresa: que adquirida para la Nación por suscripción pública, la casa donde nació Simón Bolívar en esta ciudad de Caracas, se la restituirá con la fidelidad possible a la forma que tenía en 1783; y luego, a continuación expresa que se establecerá en la venerable mansión el Museo Boliviano, y se consagrará sus muros a narrar en frescos o en lienzos la vida del Padre de la Patria .

Con el fin de cumplir esta disposición, el 28 de marzo de 1911 , se destinó el edificio, que hasta entonces ocupaba la Biblioteca Nacional. Para establecer dicho museo, se dispuso hacer todas las reparaciones necesarias con el fin de adecuarlo al objeto a que fue destinado, para lo cual se aprobó el presupuesto de Bs. 31.500, presentado por el Dr. Vicente Lecuna. Este edificio, de dos plantas que aún se conserva, fue realizada por el Arquitecto Alejandro Chataing, y está situado al Norte de la Plaza Bolívar, entre las esquinas de La Torre y Principal .

En fecha 1 de mayo de 1911, el Ejecutivo Nacional designó una Comisión integrada por el doctor Teófilo Rodríguez, don Felipe Francia, doctor Vicente Lecuna, Don Manuel Segundo Sánchez y Don Christian Witzke, a cuyo cargo debía de correr el acopio y organización del Museo Bolivariano. Este último fue nombrado Director el 4 de agosto de ese mismo año.

Una vez realizada las reformas pertinentes, se ordenó trasladar a él, los objetos, documentos y demás pertenencias relacionadas con el Libertador y su vida, los ilustres próceres de la guerra de la emancipación, y cualquier otro material de interés histórico.

El día 24 de junio de ese mismo año, a las 10 a.m., el primer Mandatario Nacional, General Juan Vicente Gómez, acompañado del Gabinete Ejecutivo, los miembros del cuerpo Diplomático y los demás invitados especiales, presenció el acto oficial de la inauguración.

Allí, el Dr. Teófilo Rodríguez, de la Academia Nacional de la Historia y Presidente de la Comisión organizadora del Museo, hizo formal entrega del mismo, al Ministro de Instrucción Públicay en su discurso dijo entre otras cosas, que nada más a propósito para inaugurar el Museo Boliviano, que la escogencia feliz de este día que recuerda la victoria obtenida en la batalla de Carabobo. Acto seguido, el Ministro le respondió felicitando a la Comisión organizadora por el cabal éxito de su cometido. Una vez concluido el acto se abrió al público para que fuera testigo presente de la vida y obra de nuestros Libertadores.
Después de terminada la visita, se levantó el Acta de Inauguración en los siguientes términos:
El día 24 de junio de mil novecientos once a las diez horas a.m. el Presidente de los Estados Unidos de Venezuela acompañado de los miembros de su Gabinete y de los miembros del Consejo de Gobierno se dirigió de la Casa Amarilla al Museo Boliviano, done en presencia de las Embajadas, Cuerpo Diplomático residente, Delegados al Congreso Boliviano y de los Presidentes de las Cámaras Legislativas, el de la Corte Federal y de Casación, el del Concejo Municipal de Caracas y el Director de la Academia de la Historia, la Comisión nombrada para la organización del Museo Boliviano hizo entrega de éste al ciudadano Ministro de Instrucción Pública, quien lo recibió e incontinenti lo declaró solemnemente inaugurado a nombre del Gobierno Nacional.
Visitado el Museo detenidamente por todos los presentes terminó el acto y firman: Juan Vicente Gómez; F. L. Alcántara; M. A. Matos; Antonio Pimentel, M. V. Castro Zavala; B. Planas; Román Cárdenas; Trino Baptista; F. A. Colmenares Pacheco; F. González Guinán; Ramón González Valencia; Luis R. de Lorena Ferreira (Ministro del Brasil); V. M. Maúrtua (Ministro del Perú); A. V. Prollius (Ministro de Alemania); Carlos Felippo Serra (Ministro de Italia); John W. Garret (Ministro des Etats Unis d’Amerique); Licillo da Cinha Bueno (Secretario de Legislación de Brasil); León Genis (Secretario de la Legación de Bélgica); Adolfo León Gómez; Alfredo Gómez Jaine; R. Guerra; R. Villavicencio; J. de Jongh Ricardo (Cónsul General del Ecuador); Juan Pablo Peñaloza; J.M. Ortega Martínez; G. S. Riera; Ramón Ayala; José Ignacio Pulido; José Dolores Ríos; Leopoldo Baptista; Mariano García; Nicolás Rolando; T. Aguerrevere Pacanins; M. Parra Picón; Eduardo I. Dagnino; P. Acosta Ortíz; F. de P. Rivas Maza; Delfin M. Aguilera; José A. Tagliaferro; Gustavo J. Sanabria; J. A. Martínez Méndez; Emilio Constantino Guerrero; Roso Chechen; Félix Magliore; José C. Borda; D. Ricardo; C. Witzke; Felipe Francia; Manuel Segundo Sánchez; Vicente Lecuna; Teófilo Rodríguez; C. Escribens; E. St. Morales; Alejo Zuloaga; Luis F. García L.; Enrique Tejera; Rafael Ruiz Mirabal; J. de D. Sánchez Carreño (Edecán del Presidente de la República); Benjamín Velasco (Edecán del Presidente de la República); Santiago Otalora (Edecán del Presidente de la República); + Arturo Celestino Alvarez (Obispo del Zulia) + Antonio Ramón Silva (Obispo de Mérida); + Dr. Agustín J. Alvarado (Obispo de Barquisimeto); Pedro M. Alvarado (Provisor de Barquisimeto); Fr. Melchor Escoriaza (Misionero Capuchino); Fr. José María Ibarreta, O. P.; Juan Casanova; Pbro. Domingo Ocerin Jáuregui A.; Enrique Dubuc (Subdiácono); Olegario Villalobos ( Subdiácono); Enrique Rodríguez A. (Minorista); Arístides Muñóz L. (Diácono).
Desde este día hasta la terminación de las fiestas centenarias fue el Museo Boliviano visitado por 50.756 personas.
El 4 de agosto de ese mismo año, el ciudadano Presidente de la República, nombra como Director General de Museos Nacionales al señor Christian Federico Witzke , cargo ad honórem que ejerció hasta su muerte.
Con el tiempo las colecciones se multiplicaron, gracias a la generosa donación de particulares y a las adquisiciones realizadas por el Estado. Por estas razones y las necesidades de expansión, el 24 de julio de 1934, el General Juan Vicente Gómez decidió construir un nuevo edificio en la esquina de Pajarito, entre la avenida Sur 2, y la calle Oeste 6, al Sur del templo de San Francisco. Tocará a su sucesor, el Presidente Eleazar López Contreras inaugurarlo. Acto que se realizó a las nueve y media de la mañana del 19 de abril de 1936 .
El 2 de diciembre de 1940, el Presidente de los Estados Unidos de Venezuela promulgó el Reglamento de los Museos Nacionales, estableciendo en su artículo 2 el objeto de este museo, allí indica que está destinado a la guarda y conservación de los objetos y piezas históricas que hayan pertenecido al Libertador Simón Bolívar o a los Próceres de la Independencia Nacional, o que se relacionen directamente con hombres o sucesos importantes de esa época . Luego, en las Disposiciones Generales expresa que en cada Museo se formará un Inventario General de los objetos existentes y de los que se vayan adquiriendo. En cuanto a las donaciones dice que deben hacerse acompañadas de una carta en la cual se dará el mayor número de datos acerca del objeto donado y su historia, a fin de formar la cédula correspondiente. En lo relativo los objetos que ingresen habrá un registro especial en el cual se indicarán todos los datos sobre la procedencia u origen, con el fin de que se pueda suministrar siempre una información precisa y verídica. Para los fines históricos y de estadística se llevará en los Museos un libro de autógrafos .
Poco tiempo después, el 28 de octubre de 1949, la Nación Venezolana adquiere las dos edificaciones adyacentes a la Casa Natal de Simón Bolívar ubicados en la calle Sur 1, entre las esquinas de San Jacinto y Traposos, distinguidos con los Nº 20 y 24, respectivamente, para ser destinadas al Museo Bolivariano y a la Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Después de asumir la primera magistratura, el Presidente Rómulo Betancourt, decretó que se construyera del lado Norte la sede del Museo Bolivariano y del lado Sur la de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, conforme a los planos ya elaborados por el Ministerio de Obras Públicas, conservándose en ambas edificaciones las características de las mansiones caraqueñas de la época Colonial: casas de pocas plantas, con aireados patios y corredores de pilares alrededor, techos de tejas, todo en armonía con la arquitectura de la Casa Natal .
Posteriormente, se envió a la Dirección de Administración de Servicios y Bienes Nacionales, el acta sobre selección y destino que ha de darse a las piezas del Museo Bolivariano, que por origen y variedad, no guardan relación con el contenido del Museo y se se dieron instrucciones al Museo Bolivariano, de acuerdo con una solicitud enviada por la Gerencia del Banco Central de Venezuela, para la donación de una colección de monedas venezolanas que posee el Museo a fin de que formen parte del Museo de Numismática de esa Institución Bancaria .

La actual sede del Museo Bolivariano, está ubicada en la calle Sur 2, entre las esquinas de San Jacinto y Traposos, distinguiéndose con los números 20 y 24, respectivamente. Tiene un área de construcción de 833, 22 m2. El proyecto y la ejecución estuvo a cargo del Arquitecto Graziano Gasparini, a un costo de Bs. 1.917.506, 55.

Su fachada se hizo a imagen de la casa que Don Juan de Vegas y Bertodano construyó en 1783 y luego sirvió de sede al antiguo Colegio Chávez que fue demolido en 1953 para dar paso a la avenida Urdaneta. Fue inaugurada el 17 de diciembre de 1960 por el Doctor Luis Augusto Dubuc, quien, en su carácter de Ministro de Relaciones Interiores, actuó en representación del Ejecutivo Nacional.

Este edificio se encuentra distribuido en los siguientes ambientes:
Planta Baja: Salón de exhibiciones especiales, Secretaría, Dirección, Biblioteca, Depósito Personal y limpieza, 2 salones, 1 hall (vestíbulo) de entrada, 4 sanitarios individuales; Primer piso: 4 salones y 1 hall (vestíbulo); segundo piso: 4 salones, 1 hall (vestíbulo) y 1 balcón.

La organización del Museo, tal como ahora la conocemos se debe a la museógrafa venezolana Carmen Parra de Villani.

Con este cambio se modifica la estructura organizativa de esta institución, adecuándola a las normas museisticas más modernas, logrando así convertirlo en un organismo colaborador del movimiento cultural de Caracas; prueba de ello es la asiduidad y aumento del público que lo visita.

Ahora, además de mostrar las reliquias que guarda, sirve de ejemplo y enseñanza viva de nuestra Historia Patria y estímulo para el estudio y veneración del glorioso pasado de nuestros Libertadores.

Entre todos los objetos dignos de admiración que se exponen allí merece destacarse la ropa que usó el Libertador en diversos momentos de su vida: la levita del uniforme militar del Perú, chaleco y pantalones, camisa de dormir, botas y anteojo de campaña, una ruana o chamarra de seda polícroma, las zapatillas de piel, su navaja, su pañuelo de afeitar, un cinturón con hebilla que tiene grabado el escudo de la Gran Colombia, sus charreteras, la hamaca donde descansó su infinita figura y otras piezas de uso personal. También se conservan allí testimonios de la vida Colonial y republicana de Venezuela como perenne lección para las generaciones futuras.

Está obra consta de las siguientes dependencias o salas: Corredor exterior de la Planta Baja, donde se localiza una significativa muestra de los escudos Coloniales que adornaron los sobredinteles de las puertas en las casa de algunas familias caraqueñas, incluyendo el imponente escudo de Carlos V, labrado en piedra de Araya por el maestro cantero Lorenzo Aguila en 1532 y que adornara el Ayuntamiento de Nueva Cádiz de Cubagua hasta su destrucción por un cataclismo en 1540; la Sala de la Colonia, donde se observa un número importante de los objetos de esa época. Inmediata a ésta, la Sala de Formación con el árbol genealógico del Libertador y diversas prendas y objetos pertenecientes a él y su familia incluyendo la Biblia de su abuelo materno, su hoja de servicio y un medallón de su amada esposa María Teresa; la Sala de los Símbolos, donde se exhiben varias cartas, implementos militares, las nueve banderas que hemos tenido, desde la aprobada en el Congreso de 1811 hasta la última de 1957 y una interesante iconografía del Libertador; Sala de las Batallas, ahí se encuentra explicado en un cuadro de plástico las principales contiendas de nuestra independencia, indicando gráficamente cómo se desarrolló, mientras visualmente en el plano se muestra la estrategia iluminada con flechas y luces rojas, diciéndonos cómo actuaron los héroes libertadores frente a las fuerzas realistas. El proceso de realización de este pedagogico plan de las batallas estuvo a cargo del Dr. Lino Iribarren Celis y del Comandante Víctor Maldonado Michelena. La coordinación técnica fue hecha por la señora Violeta Mendoza, del diseño y montaje se encargó Álvaro de La Riva. Lamentablemente, en estos momentos por razones técnicas, el servicio se encuentra suspendido; Sala de Campaña donde se puede observar el libro Las Guerras de las Galias que perteneció al Libertador; Sala de Armas y Condecoraciones, en ella destaca la réplica de la espada que el Perú regaló al Libertador en 1825 y la espada del Generalísimo Francisco de Miranda; Sala de los Próceres con las reliquias que pertenecieron a diversos próceres de la Independencia; Sala del Pensamiento con pensamientos y facsímiles documentales referentes a la Independencia y, finalmente la Sala de la muerte, donde se muestra entre otras cosas el Arca dorada en que fueron trasladados los restos del Libertador Simon Bolívar, de la Catedral de Caracas al Panteón Nacional en 1876.

Desde su inauguración hasta el presente, han dirigido el Museo diez y siete Directores: Christian Witzke, Ramón Pérez Melo; Juan Pedro Quintero; Antonio J. Sotillo; Antonio Esteban Frías ; Antonio Egea López; Luis Alberto Sucre; Alberto Urbaneja ; Eliodoro Ocanto; Luisa de Roo; Josefina Palacios Blanco; Carlos Cárdenas Gómez; Luis Monch; Rafael Ramón Castellanos V; Lino Iribarren Celis; Flor Zambrano de Gentile, Elsa Pérez Carreño de León, Luego actuó como supervisora la señora María Milagros Carvajal y actualmente lo dirige la Licenciada Ana Tapias.

Hermano Nectario María


El Hermano Nectario María


David R. Chacón Rodríguez


La deuda que tiene contraída la comunidad venezolana con el Hermano Nectario María es incalculable, porque a este humilde y eximio hijo de la Congregación de San Juan Bautista de La Salle , quien se consagró a servir a Venezuela con el mayor desinterés, se debe con justicia, por una parte, el maravilloso despertar y florecimiento de la devoción y culto a la Virgen en Venezuela; y por otra, al acopio de sus investigaciones históricas donde testimonia su didáctica magistral, debido a la originalidad de su pensamiento, donde conjuga su universalismo intelectual con el innegable y gran amor que siempre manifestó por Venezuela.
No es muy común encontrar en el mundo ejemplos como el suyo, en el que las humanidades y las ciencias se imbriquen, tan profundamente, como su propio devenir individual.
La incipiente educación que se impartía en Barquisimeto a principios de siglo, hizo que un grupo de destacados caballeros de aquella distinguida sociedad, preocupados por la formación de sus hijos, resolvieran la creación de un colegio de primera y segunda enseñanza. El alma y propulsor de esta idea fue, entre otros, el comerciante francés, don Eduardo Lindheimer , quien insinuó confiar el nuevo establecimiento a la congregación fundada por Juan Bautista de La Salle (1651-1719).
Después de múltiples tropiezos, el plantel se inauguró el 16 de febrero de 1913, con los Hermanos Facundo Tomás (Simón Sáiz y Espiga ) como Director, Juan -Asclepíades Jean- (Georges Marie Rouff Eisenkremer ), Arístide Bruno (Camille Molliex ) y Bernal Urbano (Gelín Jean Baptiste ). Después de unos diez y ocho días de clase, llegaron los Hermanos Agustín Luis (César Augusto Darquéa ) y Nectario María (Louis Alfred Silvano Pratlong Bonicell Gal ).
Este pequeño grupo de religiosos llega a Barquisimeto a ejercer el apostolado de la educación, influenciados por las ideas pedagógicas de su fundador; introdujeron algunas reformas en la enseñanza tradicional, postulando una formación para la vida: práctica, racional y progresiva, mediante la creación de hábitos intelectuales y morales, que pusieran de manifiesto la salud e integridad de los sentidos, complementando la educación intelectual y espiritual con la educación física.
En el proceso enseñanza aprendizaje simultáneo, ellos tomaban en cuenta la naturaleza del niño y las necesidades sociales en que debe moverse el alumno para orientar la labor intelectual, y personal, del propio educando, prescribiendo métodos analíticos, sintéticos e intuitivos, prácticos y concretos que permitieran una constante laboriosidad, mediante un procedimiento interrogativo, repartiendo las preguntas a voleo, sin seguir un orden predeterminado para despertar el interés y mantener la atención del discípulo.
Ellos le daban singular importancia a la motivación y al estímulo, mediante el uso del vale de recompensa, propiciando así, el ejercicio de la sana competencia. De esta manera contribuían al desarrollo armónico del cuerpo, la mente, el espíritu y el alma, propendiendo a que el educando alcance la autorrealización, premiando al alumno que, por medio del esfuerzo y la superación personal, alcance la excelencia.
Igualmente le interesaban los estudios de las ciencias naturales, mediante excursiones para favorecer el contacto vivo con las plantas y animales.
De este modo la escuela lasaliana exhibía un estilo inconfundible, maduro, activo, original y eficiente que permitía prepararlos para la vida, despertándole el alma, acuñándole el carácter, descubriéndole su vocación.
Como ya hemos visto, en este grupo de fundadores llegó el Hermano Nectario María, el jueves 6 de marzo de 1913 , cuando apenas tenía 25 años de edad, y aunque contaba con una sólida formación lograda en afamados Institutos Europeos, estuvo destinado a la enseñanza de los niños y a impartir las clases de la rama de mineralogía.
Era tan incesante su actividad, que además de la docencia, se dedicaba también a la práctica del deporte. A él le debemos que en 1917, emprendiera la entusiasta fundación en el Instituto La Salle, del club Girardot B.B.C ., el primer equipo de bésibol que se fundó en el Estado Lara, llegando a ser uno de los equipos de mayor fama y prestigio en aquellos años. Igualmente, consagró su tiempo al estudio de los yacimientos fosilíferos del Estado Lara, reconociendo fundamentalmente, el Zanjón de Marcolino, entre San Miguel y Cubiro; Zanjón de la Represa, al pie del Cerro Gordo y Cerro Cojo, en el Norte de la ciudad; Yacimiento del Potrero, al Norte de Bobare; Yacimiento de la Quebrada de las Raíces y de las Faldas. En ellos encontró restos de una representativa fauna Venezolana correspondiente a los períodos plioceno y pleistoceno: Megaterios, Toxodontes, Astrapoterios, Mylodon, Cervus, etc. Pero lamentablemente, para nuestro país, la carencia de elementos de comparación y la ausencia de obras de consulta, hicieron que se contrataran los servicios del Doctor George Gaylord Simpson curador del The American Museum of Natural History of New York, con el fin de hacer una expedición conjunta con el Hermano Nectario María. La visita del Doctor Simpson fue muy fructífera para él, pues gracias a ella, permitió enriquecer las colecciones del Museo de Historia de Nueva York y la del Señor H.S. Scarritt. Asimismo, el publicar los siguientes trabajos: Estudios de los vertebrados fósiles en Venezuela, Los Indios Kamaracotos (Tribu Caribe de la Guayana Venezolana), Vernacular Names of South American Mammals, Some Caribe Indian Mammals Names, etc. El Museo La Salle de Barquisimeto fue testigo mudo de esos hallazgos.
Es conveniente hacer notar, que según el contrato realizado por el Ministro de Fomento, Dr. Manuel R. Egaña, con The American Museum of Natural History of New York, dicha institución se comprometía a organizar y armar los fósiles encontrados, así como a realizar un estudio completo de las piezas que se le remitieran (80 grandes cajones). Y después de esto, devolver para el Museo de Ciencias de Caracas, la mitad de todo lo recibido, debidamente preparado, para su inmediata exhibición. Pero el referido convenio no se cumplió, y sólo enviaron a Caracas, el material casi inservible, que no pudieron clasificar.
Cuando se realizó la Gran Feria Exposición de Barquisimeto, a mediados de diciembre de 1940, se expuso en el local que actualmente ocupa el hospital Luis Gómez López el famoso Megaterium Larensis, el encargado de responder a las peticiones e inquietudes de los numerosos visitantes fue el joven alumno Luis Antonio Herrera Campíns. Entre el grupo de personalidades concurrentes al acto, estuvo presente el Doctor Rafael Antonio Caldera Rodríguez. Al conocerlo, Luis Herrera quedó tan gratamente impresionado, que al poco tiempo entró a formar filas en el Partido Social Cristiano COPEI. Siendo, pues, este feliz acontecimiento el inicio de una larga amistad entre estos dos líderes de la Democracia Cristiana, quienes con el correr de los años ocuparían la primera Magistratura Nacional.
El Hermano Nectario fue ante todo y por sobre todo, un maestro, un pedagogo que sufrió, profundamente, por la deficiencia y menosprecio de los cimientos morales de nuestra nacionalidad en la enseñanza escolar, y por eso luchó hasta el cansancio para tratar de proporcionar a los profesores y alumnos una más extensa e intensa formación ciudadana, facilitándoles una gran variedad de textos adaptados a las exigencias de la nueva pedagogía moderna. Esta preocupación lo llevó a escribir casi desde la adolescencia . Sus primeras contribuciones fueron los apuntes a las materias atinentes al bachillerato, las cuales, comenzó a publicar en fascículos, en el periódico El Impulso de Barquisimeto, buscando siempre la síntesis sistemática.
A la historia penetró a través de la enseñanza, cuando sus superiores le ordenaron que se ocupase de la cátedra de Historia de América. Al señalársele el texto guía que debía usar, al Hermano le pareció deficiente, y pensó que era mejor elaborar uno de acuerdo a su formación pedagógica, partiendo del principio que: Lo que bien se concibe, se expresa claramente y las palabras para decirlo vienen fácilmente .
De ahí, nació su primera obra destinada a la enseñanza escolar, y aunque editado por un sistema primitivo de producción, tuvo una excelente acogida en los distintos centros de formación.
Seis años después de su llegada, el 30 de abril de 1919, el fervor con que se consagró a la enseñanza le ocasionó un cansancio mental debido a su fatigante labor.
Poco tiempo después, una disposición del Gobierno Nacional que prohibía enseñar materias relacionadas con la nacionalidad a quien no fuese oriundo de Venezuela , hizo que se ausentara de las aulas. El Hermano Nectario María, no se amilanó y concentró sus mejores esfuerzos a realizar notables trabajos en el campo de la investigación.
El producto de esta nueva etapa, no se hizo esperar, y al poco tiempo dio a conocer una serie de libros escritos para beneficio de la juventud, tales como, su famosa Historia Elemental de Venezuela (1927), la cual fue objeto de los más enaltecedores comentarios, provenientes de notables pedagogos e historiadores; más tarde, publica la Historia Superior de Venezuela y la Historia General de Venezuela, la Geografía de Venezuela (1929); al año siguiente, los Mapas Físico de Venezuela, Político de Venezuela, General de Venezuela, Físico y Político del Estado Lara, Geológico del mismo Estado; y luego, la Historia de América.
A la investigación histórica, llegó por la devoción Mariana. Cuando su inmenso deseo por glorificar a la Madre de Dios, lo llevó en 1915, a realizar unas investigaciones con el fin de esclarecer y escribir de manera documentada la historia de la Virgen en Venezuela; es decir, la relación histórica de los santuarios que le son dedicados y las advocaciones, bajo las cuales es honrada.
El 3 de mayo de 1922, el Hermano Nectario María, edita en la revista Excelsior, órgano de la Sociedad literaria La Salle, de Barquisimeto, sus primeras investigaciones sobre la Virgen, bajo el título La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto de Guanare, y en junio de ese mismo año, da a la luz otro artículo con el título María Santísima de Coromoto, Protectora e iniciadora de las misiones de indios en Venezuela, con una ilustración a color de la imagen de Nuestra Señora de Coromoto. Todos estos trabajos fueron firmados con el seudónimo de H. Chonei Mereigua, que en lengua indígena significaba Hijo de María, y estaban destinados a difundir el conocimiento, renovación y aumento de la fe en toda la República. De ambas publicaciones, el diario El Impulso, hizo una separata de cincuenta ejemplares.
Durante las vacaciones escolares de ese año, el Hermano Nectario María decide viajar a Guanare con el fin de buscar la documentación que le permitiera probar la aparición de la Virgen.
Después de superar ciertos escollos, fija entonces el viaje rumbo a Acarigua. Al llegar a la quebrada de San Rafael el auto se atascó en el lecho arenoso de su cauce, y ante la imposibilidad de salir, resolvió ir caminando hasta el pueblo más cercano, San Rafael de Guasduas. Cuando llegó, encontró que a pesar de su total estado de abandono, aún se hallaba en pie parte de la iglesia del pueblo, y decide ver sus archivos. Al entrar a la sacristía, observa que en la pared estaba un armario con la puerta entreabierta, y sin darse cuenta que un enjambre de abejas había formado panales en él, abrió la puerta, partiéndolos en dos. Las abejas se alborotaron, y molestas por su atrevimiento, mostraron su enojo picándolo por todas las partes visibles.
Ante este lamentable acontecimiento, el Hermano Nectario María inmediatamente afirmó su fe y confianza en la Madre de Dios, diciendo: Confío en la Santísima Virgen María, que nada me pasará; he venido a trabajar por ella, en Ella me fío, pues nada acontece sin permiso de Dios.
Seguidamente, de acuerdo con el criterio popular se puso chimó en las heridas y luego se frotó con dos hierbas diferentes. Y, como él mismo afirmaba: ¡Santo Remedio!, ni siquiera experimentó la agudeza de los pinchazos, evitando así, la hinchazón. Es más, a causa de las inyecciones de ácido pícrico recibido con las picadas de las abejas, eliminó el dolor de cabeza que continuamente padecía (desde la congestión cerebral, que casi lo lleva a las puertas del sepulcro como consecuencia de su agotamiento mental).
Al respecto, hay una anécdota que él siempre me relataba y, creo oportuno recordar: En las vacaciones de agosto de 1913, los hermanos fueron de paseo a la quebrada de Barro Negro, en Duaca. Durante la comida, a la sombra de un majestuoso tamarindo, hablando de una cosa y otra, se preguntaron ¿Cuál de los seis sería el primero en ir a la eternidad? Como el Hermano Nectario siempre había tenido achaques de salud, y que, por lo visto, era el más enfermo del grupo, inmediatamente, el Hermano Facundo, clavó su vista en él y en tono enfático, le expresó: seguramente será Usted. El Hermano Nectario sorprendido por esta invectiva, quedó estupefacto, y al correr de los años vio con tristeza como les sobrevivió a todos.
Luego, viaja a Caracas con el fin de buscar en el Archivo Arzobispal la documentación de 1668, de Juan Caldera de Quiñones, Juez Eclesiástico que había ordenado el primer Sumario Jurídico de la Aparición de Nuestra Señora de Coromoto, con los testigos oculares de esos acontecimientos. Si bien es cierto, que después de revisar y escudriñar montones de legajos, no consiguió los documentos buscados, encontró bajo un armario que estaba en el rincón de la sala del recinto, el manuscrito del Libro Secreto de la visita del Obispo Mariano Martí y Estadella . Al abrirlo, observó, que los comejenes lo tenían casi destruido y pululaban por todas partes.
Después de comprobar históricamente el hecho de la Aparición estudiando los datos aportados en el Sumario Jurídico que lleva por título: Información de la Aparición y Milagros de María Santísima de Coromoto, Titular y Patrona de la Ciudad de Guanare, sita en su Iglesia Parroquial, recibida en visita por el señor doctor don Carlos Herrera, Cura Rector de la Santa Iglesia Catedral, Examinador Sinodal, Vicario Superintendente y Visitador General de este Obispado, por el Ilustrísimo Señor don Juan García Abadiano , dignísimo Obispo de esta Provincia de Venezuela, del Consejo de Su Majestad. Hecho por febrero del año de 1746 . El resultado de sus investigaciones, las da a conocer el Hermano Nectario María, el 8 de diciembre de 1924, cuando publica La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto de Guanare (Venezuela) y Orígenes Portugueseños; donde expone de una manera amena e interesante, el trabajo realizado en los Archivos de Caracas y de los pueblos del Estado Portuguesa, en especial los de la curia de Guanare.
Con ocasión de cumplirse en 1928, el Cuatricentenario de la fundación de la ciudad de Coro (1528-1928), el Episcopado Venezolano decretó el II Congreso Mariano Nacional. En esa asamblea, el Hermano Nectario María dio a conocer el manuscrito de su nueva obra Venezuela Mariana. Relación Histórica compendiada de las imágenes más célebres de la Santísima Virgen en Venezuela, en donde bosqueja, históricamente, las grandes manifestaciones de la Santísima Virgen María que iluminan el cielo patrio, desde los albores del descubrimiento hasta el esplendor glorioso de esa fecha, y el fundamento histórico de esas manifestaciones. Durante el discurso que pronunció en la Catedral de Coro, el 11 de diciembre de ese mismo año, propuso que se reconociera y proclamara a la Virgen de Coromoto como Patrona de Venezuela, por ser la única verdadera Aparición, lo que le hacía tener primacía sobre las demás advocaciones.
Años después, en 1935, gracias a las diligencias y al arduo trabajo de investigación del Hermano Nectario María, se localizó el lugar exacto de la providencial Aparición de Nuestra Madre, gloria y honor de nuestra raza, que por la fausta noche del 8 de septiembre de 1652, se le presentó al representante autóctono de nuestro pueblo aborigen, dejando una imagen como perenne recuerdo de su visita al suelo patrio.
Posteriormente logró traer a Venezuela, como un regalo insigne de España, un trozo del mantel que cubría la mesa sagrada donde Jesucristo instituyó el Santo sacramento de la Eucaristía. El precioso mantel, cuya autenticidad es reconocida científicamente, se encuentra en la catedral de Coria, al Sur de España. La parte del santo mantel traído por el Reverendo Hermano Nectario, fue entregado al Excelentísimo Señor Cardenal, Arzobispo de Caracas y actualmente se encuentra en la iglesia de Santa Capilla donde está expuesto a la veneración de los fieles.
En una carta que envía desde Barquisimeto, el 25 de junio de 1928 al Hermano Asistente, Viventien Aimé resume su actuación para la renovación del culto de la Virgen bajo la advocación de La Coromoto, devoción vernácula y nacional. Con el fin de atraer la atención de toda la República sobre este insólito acontecimiento (el de la Aparición de la Virgen en Venezuela).
En 1948, a los 60 años de edad, es enviado al Archivo General de Indias de Sevilla, y a otros repositorios de Europa con el fin de buscar la documentación que facilitara la dilucidación del lugar exacto de la fundación de Barquisimeto en el sitio primitivo de Buría, y aunque los documentos no le permitieron llegar a una conclusión definitiva, logró publicar la Historia de la Fundación de la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, a la luz de los documentos de los Archivos de España y de Venezuela , la cual obtuvo por unanimidad, el premio municipal de prosa que otorga el Concejo Municipal de Caracas al mejor trabajo publicado en aquel año.
En ella exponía de manera concluyente, que la ciudad fue fundada la segunda quincena de mayo de 1552, ya que el 29 de abril, Juan de Villegas informa, que dentro de 10 días saldrá de El Tocuyo a fundar La Nueva Segovia, existiendo un testimonio indubitable de que el 17 de junio, ya la ciudad tenía esencia jurídica.
Igualmente dio a conocer la Historia de Caracas, Acarigua, Angostura del Río Orinoco, Cabudare, Carache, Coro, Duaca, El Tocuyo, Escuque, Guanare, Guayana, Estado Portuguesa (Geografía e Historia), La Grita, La Victoria, Maracaibo, Maracay, Nuestra Señora de la Paz de Guanarito, Ospino, San Rafael de Guasduas, Sanare, Santo Tome de Guayana y Valencia.
Jubilado de la docencia activa, el Hermano Nectario María se consagró con acucia y perseverancia a la Investigación Histórica buscando con su mirada escrutadora en los rancios infolios que moran en los archivos de aquende y allende, la documentación referente al descubrimiento, conquista, colonización e independencia de nuestro país.
Para realizar esta proficua labor el Hermano Nectario recorrió con ejemplar perseverancia los archivos de Bogotá, en Colombia, España (Barcelona, Cáceres, Cádiz, El Viso, Madrid, Mérida, Segovia, Sevilla, Simancas y Trujillo), Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, Portugal y Santo Domingo, y en cada uno de ellos, desempolvó esos amarillentos e ilegibles legajos que guardan con celosa avaricia tantos datos ignorados.
El trabajo que realizó en el Archivo General de Indias, comprende tres aspectos esenciales: el primero, la formación de un fichero a base de los documentos que se refieren a Venezuela en las distintas secciones del mencionado repositorio. Estas fichas ascienden a 112.623 (29.855 páginas), desglosadas de la siguiente manera: Audiencia de Santo Domingo: 36.246 fichas (10.626 páginas); Audiencia de Caracas: 50.668 fichas (11.896 páginas); Audiencia de Santa Fe: 9.042 fichas (2.598 páginas); Sección Estado: 2.476 fichas (773 páginas); Sección Juzgado Arribadas: 12.359 fichas (3.681 páginas); Sección Correo de Ultramar: 1.832 fichas (281 páginas); el segundo, la transcripción de la documentación fichada, la cual es conocida con el nombre de la colección Traslados del Hermano Nectario María, la cual sobrepasa los 1.561 volúmenes, divididos en 18 colecciones, a saber: Independencia, tomos 1 al 62; Fundación de Trujillo, tomos 63 al 80; Barinas, tomos 81 al 116; Los Andes, tomos 117 al 168; Mérida, tomos 169 al 229; Cumaná, tomos 230 al 343; Caracas, tomos 344 al 543; Enseñanza, tomos 544 al 549; Valencia, tomos 550 al 563; San Cristóbal, tomos 564 al 573; Maracaibo, tomos 574 al 644; Ejército Expedicionario de Costa Firme, tomos 645 al 1396; Los Belzares, tomos 1397 al 1434; Archivo Miguel La Torre, tomos 1435 al 1488; Archivo Archidiocesano de Caracas, tomos 1489 al 1492; British Museum, tomos 1493 al 1506; Gobernadores, tomos 1507 al 1513; Varios, tomos 1514 al 1561; y el tercero, se circunscribe a la edición de más de 512 obras , producto de esta titánica actividad, donde estudió los más importantes aspectos, personajes, y pueblos de la vida venezolana.
Esta colección, que se encuentra fundamentalmente en el del Archivo General de la Nación, la Academia Nacional de la Historia y la Fundación La Salle, fue creada por la Junta Superior de Archivos de la Nación en su sesión ordinaria efectuada en la sala que ocupa la Dirección de la Institución, el 27 de febrero de 1961. Allí, el ciudadano director informó en el punto 7 que las copias enviadas por el Hermano Nectario María, por ser tan numeroso el material, bien podría formarse una sección con el título Traslados.
Después de comentar ampliamente las propuestas del Presidente, y del respectivo cruce de ideas se acordó aprobar la nueva sección haciendo hincapié en que en ésta última se de cabida también a las copias procedentes de otras fuentes y realizados por otros investigadores, anteriores y posteriores a los trabajos del Hermano Nectario María .
Como podemos observar, este insigne maestro es un caso asombroso, pues dedicó sin reparo y sin recelo alguno, todas sus fuerzas y energías durante los años más lozanos de su existencia, incluyendo sus ocios y vacaciones, a la enseñanza y educación; por eso, sus alumnos en Barquisimeto le llamaban el Cheremeco, conocido mejor como el pájaro carpintero, pues era tan perenne su dinamismo que al mismo tiempo investigaba en bibliotecas, indagaba, transcribía, desenterraba fósiles, dibujaba mapas, dictaba conferencias, dirigía edificaciones, discernía, exploraba archivos, publicaba libros, viajaba al interior y al exterior del país, en busca de datos y además...oraba.
Una vez al preguntarle la razón de sus logros y éxitos, nos dijo de la manera más sincera: Amar y trabajar por Venezuela guiado por la mano de Nuestra Señora de Coromoto. Por eso, en los azares que hoy corre nuestra patria, confiamos que Nuestra Señora de Coromoto defenderá su herencia y renovará la fe.
No quiero terminar estos párrafos, sin antes dar a conocer que cuando Luis A. Herrera Campins publicó en marzo de 1957, su obra Frente a 1958, los Hermanos Nectario María y Gaudencio Eloy , consideraron que era el mejor análisis de la situación reinante en el país, difundiendo un mensaje de aliento ante la transición esperada, por esta razón decidieron contribuir a la implantación de nuestra democracia, distribuyendo este valioso informe entre los militares que se levantaron el 1º de enero de 1958, especialmente el grupo liderado por el entonces capitán Juan Vicente Tineo Arismendi .
Nunca imaginaron, aquella pléyade de hombres ilustres, que conformaban la Junta solicitante de ese grupo escogido de brillantes y meritorios profesores que impartieron con constancia y abnegación todo su saber, sembrando en las almas de aquellos jóvenes la semilla fecunda que al germinar y crecer dieron sus mejores frutos en hombres de virtud y valer, en todas las ramas del saber.
El viernes 3 de octubre 1986 entregó su alma al señor, en el colegio La Salle de la Colina de Caracas, faltándole apenas veinticinco días para entrar en los 99 años, 755 días antes de cumplir el siglo, apenas 27 lunas.